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La Pasión no acaba

Cicatriz

"Perdón por la confesión personal. En rachas de bajona un texto te trae una indagación, una emoción. Igual que las que te trajeron otros textos que...

Publicado: 29/12/2021 ·
19:10
· Actualizado: 29/12/2021 · 19:10
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  • Lectura.
Autor

Víctor García-Rayo

El periodista Víctor García-Rayo es el presentador y director del programa La Pasión de 7TV Andalucía

La Pasión no acaba

Dedicado al alma de

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"Perdón por la confesión personal. En rachas de bajona un texto te trae una indagación, una emoción. Igual que las que te trajeron otros textos que has leído en tiempos mejores. El mundo está igual, pero lees y, como cantó María Jiménez, todo parece más amable, menos raro".

El texto del primer párrafo es obra de Gonzalo Gragera, un tuit que publicó con la foto de la portada de Diarios, edición completa, de Iñaki Uriarte. El poeta -Gragera- subraya la fidelidad eterna de la literatura para con el alma del hombre, ese amor incondicional de las letras al corazón de quienes nos acercamos a ellas con intenciones distintas, en tiempos diferentes, para recibir siempre un sí. La lectura es una permanente puerta abierta, un constante trago de agua fresca, un bálsamo, un acompañante leal, una solución, una buena idea, un estado perfecto, un acierto. Dice Gonzalo, y lleva razón, que el mundo es menos raro cuando lees, que siempre te aporta sensaciones nuevas aunque lo hayas leído en viejas ocasiones.

Marché directamente del tuit a buscar poemas que llevarme al alma. Poemas de Gragera.

Un día del invierno, bajas temperaturas,

Góngora se cobija

en un endecasílabo famoso

de Quevedo.

No estorba la nariz superlativa,

el ingenio satírico del verso.

Y sentí exactamente lo que Gonzalo había escrito en aquel tuit. El mundo está igual, pero lees y, como cantó María Jiménez, todo parece más amable, menos raro.

Comprendí que duele más la cicatriz que la herida porque la cicatriz te acompaña toda la vida y la herida se marcha, aunque la lectura acaricie y calme el dolor como la lengua del animal hace con el orificio del disparo. Leer es sanar, taponar, detener una hemorragia. Leer es hacer el amor con la vida, acostarse con los sueños.  

Caminas por la calles,

y es estrecha y sinuosa

como una cicatriz.

Pero no cicatriza:

Porque no es una calle

y se llama memoria.

Leer es también recrearse en el dolor. Volver a la realidad, abrazar al mundo con todas sus consecuencias. Anoche, allí al fondo de la oscuridad de esa parte del plató que no ve nadie, se recortaba ante mis ojos -otra vez- la silueta de un hombre que lleva en el rostro la cicatriz de la poesía y en el pecho el talento de expresarla, que es tanto como saber besar y sonreir después del beso. Permanecía casi inmóvil, como aparentemente permanecen los versos...pero aquella silueta tenía, como la poesía, esa capacidad de abrumarte cuando llega su realidad a la tuya. Hombres como Gragera vienen al mundo a gritarnos -sin levantar la voz- que leer es recrear la vida, soñarla desde mil prismas, hacer posible que todo cobre sentido y lo pierda, que todo puede suceder. Que leer es vivir.

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