Las
luces de la Navidad no sirvieron para que en diciembre de 2024 los turistas acudieran en
mayor número que un año antes a los hoteles de Sevilla y Vigo, ni tampoco para que los que se alojaron en los mismos hicieran más
pernoctaciones globalmente, según refleja la comparación entre las Encuestas de Ocupación Hotelera del Instituto Nacional de Estadística (INE) para el último mes del calendario.
La
competición oficiosa entre las ciudades españolas por convertirse en la
capital de la Navidad a base de más calles y plazas con bombillas de cada vez más colores e intensidad y encendiéndose cada vez en fecha más temprana; árboles cada vez más altos y con mayor copa, y cada vez más atracciones complementarias, como los mapping,
no se ha traducido en diciembre de 2024 en un incremento del número de turistas alojados en los hoteles -ni de sus pernoctaciones- en dos de las urbes que más han apostado por las fiestas navideñas como reclamo para visitantes:
Vigo y Sevilla, Sevilla y Vigo.
Continuando el análisis de años
anteriores, esta vez hay que destacar que para el turismo hotelero, el único del que hay datos fiables al estar monitorizado por el INE,
la Navidad de 2024 ha perdido fuelle tanto en la capital de Andalucía como en la urbe gallega, pero más en la segunda que en la primera.
Por más que el alcalde vigués, el socialista Abel Caballero, proclame que la Navidad en el planeta se inicia cuando se enciende el alumbrado en su ciudad -por cierto, cada año antes que el precedente-
en 2024 se alojaron en los hoteles de la urbe gallega en el mes navideño por excelencia (diciembre) 2.398 viajeros españoles menos y 7.116 extranjeros menos que en el mismo periodo de 2023, con un total de 9.514 menos entre ambos tipos de viajeros (caída del 13,62%).
El único dato ligeramente favorable para el alcalde gallego es que
esos 2.398 españoles menos hicieron 119 pernoctaciones más (levísimo incremento del 0,28%), pero como las noches de hotel de los turistas extranjeros se redujeron en 9.781 (-22,84%), el
balance global en este aspecto ha sido de
9.582 menos (-8,46%).
Con la excepción del año de la pandemia (2020),
hay que remontarse nueve años en el tiempo (2015) para encontrar otra caída en el número de viajeros alojados en los hoteles de Vigo (-3,60%). Desde entonces y hasta el año pasado se había registrado un aumento tras otro.
En
Sevilla también la
estadística global de viajeros alojados en sus hoteles y de pernoctaciones realizadas en los mismos en diciembre de 2024
ha sido peor que la de diciembre de 2023, con excepciones parciales como el
leve incremento de turistas españoles y el de las noches de hotel de los foráneos.
La llegada de 1.413 viajeros internacionales más que en el mismo periodo del año anterior (119.344 frente a 117.931)
no ha servido para compensar los 8.073 viajeros españoles menos (115.937 frente a 124.010), y el balance ha sido de -6.660 (caída del 2,75%).
En materia de
pernoctaciones, tampoco el incremento de las realizadas por los foráneos (2.506 más) ha compensando las 26.174 menos de los nacionales, lo que ha arrojado un
balance global de 23.668 menos (-4,72%).
Son datos negativos, pero menos negativos que los de Vigo: la mitad menos negativa en pernoctaciones y casi la quinta parte menos negativa en viajeros.
Los casos de ambas ciudades a modo de botón de muestra podrían estar denotando una
cierta fatiga por los excesos municipales a la hora de organizar las fiestas navideñas y la cada vez
mayor duración de las mismas mediante el adelantamiento de los tiempos respecto del calendario tradicional, cuando no se pensaba en la Navidad hasta después de la fiesta de la Purísima Concepción.
Y es que para Ayuntamientos como los de Vigo y Sevilla
la Navidad ya no empieza en diciembre, sino en noviembre. Por eso Vigo encendió el alumbrado navideño el 16 de noviembre, y Sevilla, el 30 de ese mismo mes.