La compañía andaluza está podando su red de filiales dentro y fuera de España en medio de una profunda reestructuración derivada de la presentación del preconcurso de acreedores. Los empleados de la filial de Brasil han recibido ya la instrucción de no acudir a su puesto de trabajo. En otras filiales como las de Chile o México, la orden de cese de las operaciones y clausura de la actividad ha atrapado a directivos y trabajadores españoles que no cuentan ahora con respaldo de la empresa para poder regresar a España.
Según el informe anual de la compañía de 2014, en Brasil hay 4.558 empleados (aunque unos 3.000 pertenecen a la filial Bioenergía, y no estarían afectados), en Chile 1.226 y en México, otros 1.461. En total, unos 4.200 trabajadores perderían su empleo por el cierre de estas subsidiarias.
Fuentes internas señalan que la clausura de filiales en Iberoamérica va a proseguir a lo largo del día de hoy viernes.
El criterio para que estas filiales no continúen en Abengoa es que no pueden autofinanciarse, circunstancia que se está testando una por una en todas las empresas dependientes de Abeinsa (la cabecera del negocio de ingeniería y construcción industrial) en la jornada de hoy viernes. Aquella subsidiaria que no pueda generar recursos por sí misma para continuar funcionando, y precise de recursos ajenos (préstamos o apoyos de la matriz), queda excluida del futuro del grupo. Oficialmente, la empresa señala que estas reuniones son sólo para detectar necesidades de liquidez para seguir funcionando. Muchas otras fuentes internas explican que las reuniones terminan con la comunicación de la no continuidad de las filiales que no se autofinancian. Es lo que ocurre con las filiales americanas que se pretende cerrar.