La firma del acuerdo entre la Consejería de Cultura y Adepa para la rehabilitación de las Reales Atarazanas se retrasa por la entrada de La Caixa en el convenio. La Junta de Andalucía (propietaria de los antiguos astilleros medievales) ha decidido trasladar el documento consensuado con Adepa a la entidad bancaria para que sus servicios jurídicos lo estudien, por lo que la firma del acuerdo, ya entre todas las partes implicadas, se retrasa hasta inicios de septiembre, según ha indicado Joaquín Egea, presidente de Adepa a Viva Sevilla.
Cultura, de su lado, ha confirmado este extremo señalando que al ser La Caixa "responsable de la ejecución del proyecto" cualquier modificación del mismo "debe ser puesta en su conocimiento". "La entidad se encuentra en estos momentos estudiando el acuerdo alcanzado para saber de qué manera afecta al proyecto", indican. La Caixa, como entidad concesionaria de la gestión del futuro nuevo centro cultural, ha comprometido para su edificación 15 millones de euros.
A mitad de julio representantes de Adepa mantuvieron una reunión con la viceconsejera de Cultura, Marta Alonso, en la que la administración autonómica se comprometió con la entidad conservacionista a que el acuerdo quedaría firmado antes del 31 de julio. Las cosas cambian ahora con la entrada de La Caixa en el convenio, novedad absoluta ya que la entidad bancaria se ha mantenido al margen durante los más de nueve meses que han durado las negociaciones entre la Junta y Adepa, actuando de la misma manera en el proceso judicial que hay abierto desde mayo de 2016 contra la licencia de obras otorgada a Atarazanas. El juez dictó la suspensión cautelar de las obras mientras durase el proceso por lo que no se han podido iniciar por el momento los trabajos que han de transformar al monumento en un nuevo centro cultural para la ciudad, gracias al proyecto ideado por el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra que va a sufrir múltiples modificaciones merced al acuerdo llegado con Adepa.
Adepa, en esta línea, recuerda que a finales de septiembre vencen los 60 días de prórroga que han solicitado al juez para retrasar el inicio de los pasos previos de la vista por la licencia de obras, ya que consideran que se ha llegado a un acuerdo con la Junta, del que sólo falta la firma.
Una vez que el acuerdo sea firmado, el documento será remitido al juez para que lo homologue, es decir, para que el acuerdo tenga “naturaleza de sentencia”, y se cierre así el proceso judicial que hasta la fecha había impedido comenzar los trabajos para la rehabilitación de los astilleros. Cerrado el proceso judicial, las obras en Atarazanas podrían comenzar una vez que el nuevo proyecto de obras obtenga el visto bueno de la Comisión provincial de Patrimonio y una nueva licencia por parte de Urbanismo.
En paralelo a todo este proceso, el estudio del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra ya ha comenzado a realizar las modificaciones pactadas en el proyecto inicial. Desde Cultura han trasladado a Adepa que la previsión es que dicho proyecto esté completamente modificado en diciembre para poder empezar las obras a inicios del año que viene.
Modificaciones sustanciales
Varios fueron los escollos a superar para llegar a dicho acuerdo entre la Junta y Adepa. Unas escaleras de evacuación planteadas sobre la nave cuatro del monumento (una de las centrales) y el cuerpo de guardia fueron los últimos flecos que ambas partes tuvieron que perfilar para cerrar la negociación y llegar al acuerdo que contiene quince puntos.
Tras casi nueve meses de negociaciones entre ambas partes se fueron sucediendo y enumerando varias modificaciones en el proyecto original. En el actual se van a acometer varias excavaciones entre las que se incluyen un gran corredor arqueológico en forma de letra L de cerca de 1.400 metros de longitud y de cinco o seis de profundidad en torno al cuerpo amurallado al que se podrá descender para poder observar la barbacana o antemuro almohade de 1121 y la muralla almorávide del siglo XI, además de excavar en las naves seis y siete.
Además, Cultura accedió a mantener los cuerpos altos de las naves dos y cuatro para albergar dos salones de actos y una sala de exposiciones, y la de desmontar e inutilizar los cuerpos altos de las naves seis y el que está sobre la muralla. “Una solución intermedia, dos de las naves superiores permanecerán y las otras dos serán sustituídas por una cubierta ligera (no serán transitables) y se llevará a cabo una modificación de los pesos para aligerar a la estructura del edificio”, explicaron fuentes de la Consejería.
Aparte de las cuestiones con las naves de la planta superior y de las dos grandes excavaciones añadidas al proyecto original de Atarazanas que la Junta ha concedido a Adepa, previamente, Cultura ya había accedido a realizar una serie de “modificaciones sustanciales”, tales como cambiar el sistema de cimentación a través de micropilotes para evitar perforaciones, a eliminar la cafetería de la planta superior y a cambiar la entrada del monumento a su acceso histórico por la calle Temprado en vez de por Dos de Mayo.
Además, los conservacionistas habían logrado arrancar a Cultura la posibilidad de conservar la techumbre de la antigua fundición de los astilleros, que ya fue rehabilitada por la Junta en el 2004 con un coste de 490.000 euros.
Entre los últimos puntos del acuerdo estarían la eliminación de las escaleras mecánicas que en el proyecto original iban a estar ubicadas en la nave central para poder subir a la planta superior. La Junta se comprometió también a recuperar las cerámicas del siglo XVIII que había en la entrada del monumento y a mantener el juego de luces y de sombras característico de las Atarazanas.