Guillermo Fernández Bueno, el peligroso preso fugado en busca y captura internacional tras no regresar a prisión de un permiso penitenciario de siete días ha huido con su pareja, una educadora social que trabajó como voluntaria y a la que conoció hace años en la antigua prisión provincial de Santander.
Fuentes penitenciarias han indicado a Efe que la mujer no es empleada pública ni ha entrado en la cárcel de El Dueso para participar en ninguno de los programas de reinserción en los que colaboran habitualmente trabajadores y educadores sociales de forma voluntaria.
Sí lo hizo en la antigua cárcel provincial de Santander, cerrada en 2009, y en la que ingresó Fernández Bueno para cumplir la condena de 26 años y medio de prisión por asesinato y violación en una cafetería de Vitoria a una empleada de la limpieza el 14 de diciembre de 2000.
En esta antigua prisión santanderina conoció a esta educadora social que después se convirtió en su pareja, condición por la que ha accedido en diversas ocasiones a la cárcel de El Dueso para las comunicaciones y vis a vis concedidos con el interno.
Las fuentes consultadas apuntan a que la huida ha sido planificada entre ambos después de que al recluso le fuera denegado hace unos meses y por segunda vez el tercer grado penitenciario o régimen de semilibertad tanto por parte de la Junta de Tratamiento como por el juzgado de vigilancia penitenciaria.
Desde ayer por la tarde el preso tiene en vigor una orden internacional de detención por quebrantamiento de condena, por lo que Interpol ha incluido sus datos con notificación roja, el distintivo empleado para solicitar la localización y detención de una persona buscada por las autoridades judiciales de un país determinado o un tribunal internacional.
Las fuentes no descartan que el recluso hubiera aprovechado el permiso de siete días para abandonar España, aunque no se descarta ninguna línea de investigación, insisten fuentes policiales.
Desde 2012 había disfrutado de distintos permisos penitenciarios sin ninguna incidencia y ha sido en este último, de siete días, el que le ha servido para fugarse, tras salir del centro el pasado día 15 y no regresar el domingo 22.
En los últimos años, el preso había seguido varios programas voluntarios de reinserción como el destinado a los agresores sexuales, otro curso de "vivir sin violencia" y uno de preparación para las salidas de permiso.
En declaraciones a Efe, el portavoz del sindicado ACAIP, Nacho Gutiérrez, ha dejado claro que el preso no se ha fugado de la cárcel sino que ha cometido un delito muy grave al quebrantar el cumplimiento de condena y no regresar de permiso.