El torero torremolinense Fernando Rey, gran sensación en La Malagueta

Publicado: 19/08/2013
Puso el listón muy alto de cara a los próximos festejos del ciclo de la Feria de Málaga 2013
El diestro torremolinense Fernando Rey causó sensación en La Malagueta en la primera de abono de la Feria de Málaga 2013, y puso el listón muy alto de cara a los próximos festejos del ciclo.

 

Ante más de media entrada, con una masiva presencia de sus convecinos y amigos de Torremolinos, este joven de 19 años, cuyos pasos en los ruedos venían ya acaparando la atención de muchos aficionados de su pueblo natal, demostró su calidad y valentía, primero, frente a un novillo de Santiago Domecq que manseó de salida pero al que el diestro supo oponer ambición y saber hacer.

 

Después de haber dejado claras sus ganas en un quite por lopecinas al que abrió plaza, ya con el primero de su lote, Fernando Rey, de blanco y plata, administró varios estatuarios merecedores de ilustrar un cartel, y empezó a cautivar a su parroquia de Torremolinos y al resto de la plaza en los primeros compases de una fanea que fue ganando en calidad tras el prolegómeno del trincherazo con el que cerró la primera tanda.

 

A partir de ahí, consciente de las justas posibilidades del astado, supo amoldarse a las condiciones del mismo, bajando la mano cuando pudo y aportando ligazón y temple, con la guinda de detalles finales plenos de torería.

 

Por fin, una estocada suficiente coronó la faena, premiada con una oreja y, sobre todo, generadora de gran expectación en la grada de cara al segundo del lote que habría de matar el de Torremolinos.

 

Las expectativas se cumplieron. La escasa colaboración y flojedad de “Murguisto” impidieron a Fernando Rey mayor lucimiento con el capote, aunque sí tuvo tiempo de dejar muestras de su elegancia durante la recepción por cordobinas, acompañadas en algún momento por la protesta del respetable por las pobres condiciones del astado.

 

Pero Fernando Rey supo administrar sus posibilidades y superar las adversidades. Brindó al público e inició su trasteo con la muleta con dos cambiados por la espalda, seguidos de un cambio de mano y un artístico por bajo… Pero faltaba adversario.

 

El de Domecq no quiso contribuir al gran triunfo que buscaba el diestro: No obstante, la rotunda entrega del chaval, que sufrió una aparatosa voltereta, multiplicó su decisión hasta que, sin chaquetilla,  administrara un pinchazo sin soltar y, a continuación, una decidida estocada que le sirvió para tocar pelo de nuevo y convertirse en el primer triunfador del ciclo ferial malagueño, sumando dos meritorios apéndices en una tarde difícil y comprometida.

 

El oficio, la inteligencia y el buen gusto en la interpretación del toreo, pese a las pocas condiciones que ofrecieron los astados, confirmaron en Málaga la tremenda proyección de este joven torremolinense que es ya un auténtico ídolo en la cada vez más numerosa parroquia de seguidores con que cuenta en su pueblo natal, Torremolinos, y en el resto de la provincia.

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