Encontrar un sitio en primera línea del mar es todo un reto y por ello hay quienes bajan de madrugada para guardar su hueco
Vuelve a Benidorm la fiebre por conseguir plantar la sombrilla en primera línea a tan solo dos metros del tan ansiado remojo.
Una cinta marca el límite porque, de lo contrario, muchos no dejarían espacio ni para pasear por la orilla.
Pero todavía hay quien bajan antes a pesar de que se trata de una práctica prohibida.
Sin embargo, muchos bañistas coinciden en que nadie multa a aquellos que cogen sitio a primera hora y luego se van a hacer sus cosas, aunque siempre hay algunas almas caritativas.
Y mucho ojo si son de los que dejan las cosas y vuelve al rato porque desde el Ayuntamiento advierten que puede que cuando vuelvan ya no estén sus cosas o bien se encuentren con una multa de hasta 750 euros.