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Manuel Martín: “El Palmar se ha convertido en un gazpacho urbanístico y social”

La Asociación de Vecinos Santo Domingo de la Calzada de El Palmar hace balance del pasado verano e insiste en la necesidad de una ordenación urbanística

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  • Manuel Martín, vocal de la Asociación de Vecinos Santo Domingo de la Calzada.
  • "Por muchas medidas disciplinarias que pongas en marcha, no nos engañemos, la gente sigue construyendo porque es imposible parar"
  • "No contamos con agua potable, ni alcantarillado, ni alumbrado público..."
  • "En unos años, a este paso, el Palmar será tierra quemada"

Oficialmente el verano ha quedado atrás y es hora de los balances. Una de las zonas de mayor afluencia de turistas durante los meses estivales es sin lugar a dudas El Palmar, una pedanía cuya playa paradisíaca atrae a miles de visitantes.

El Palmar vive en el sueño de la belleza de sus atardeceres, es lo que vende el Ayuntamiento en Fitur. Pero cuando llega la noche, hay que alumbrarse con los teléfonos para no caer en los boquetes de los carriles. Y cuando amaneces te das cuenta que no tienes agua para asearte

Pero a pesar de ese aumento progresivo de turistas, visitantes y nuevos vecinos que deciden quedarse a vivir en El Palmar, “estamos en la misma situación que hace doce años cuando entró el PP, que hace veinte y tantos años cuando entró el PSOE, y si me apuras, exactamente igual que hace más de treinta años cuando entró el Partido Andalucista. Aquí el déficit de infraestructuras no se ha modificado”, explica a este medio Manuel Martín, vocal de la Asociación de Vecinos Santo Domingo de la Calzada de El Palmar.

Vecinos de El Palmar en la radio de la pedanía.

“Seguimos sin agua potable. Estamos sin alcantarillado. Sin alumbrado público. Y sin arreglo de los carriles”, denuncia este vecino para insistir en que “Pepe Ortiz, alcalde de Vejer durante varios años y ahora concejal de Urbanismo y de El Palmar, lleva doce años vendiendo soluciones fáciles para problemas difíciles”.

“No conozco mayor ejercicio de cinismo político y lo hemos sufrido durante doce años. Nos han vendido humo. Nos hablan de planes especiales pero la realidad es que aquí seguimos como siempre. En unos años, a este paso, el Palmar será tierra quemada”, lamenta Martín.

“No hay una estrategia a medio plazo para desarrollar el Palmar. Ortiz y Flor (alcalde actual de Vejer), son dos permanentes colgaduras en las redes sociales vendiendo humo. No les conozco más filosofía política que el populismo”, añade para añadir que “soluciones de infraestructuras, no solo para las pedanías, sino en Vejer, ninguna”.

Usan “la política del miedo. La de perdonarte la vida a cambio del voto. Empadronarte, darte una licencia provisional, y no enviar ese expediente a Fiscalía si eres de los nuestros. Esa es la situación”.

Una de sus peticiones es que “Vejer se hermane con El Palmar como hizo con Chauen. Quizás así nos llegue el agua. Solo tenemos una fuente pública para una pedanía con más de tres mil edificaciones”. De hecho, cree que “salvo excepciones individuales, el vejeriego nunca apoyará al palmareño. Hay un problema social y psicológico que contagia esa relación. El Palmar es hoy la cenicienta que soporta los celos de una madrastra”.

“Los palmareños son buena gente pero con tan poca autoestima que aún piensan que esta situación es normal y hasta merecida. Si a esto le añades la siembra de la división entre los vecinos, los de aquí y los de afuera, creando asociaciones paralelas, unos expedientes a fiscalía y otros no, tienes el gazpacho urbanístico y social en el que se ha convertido El Palmar”, se lamenta Manuel Martín.

Del sueño y la pesadilla

“El Palmar vive en el sueño de la belleza de sus atardeceres, es lo que vende el Ayuntamiento en Fitur. Pero cuando llega la noche, hay que alumbrarse con los teléfonos para no caer en los boquetes de los carriles. Y cuando amaneces te das cuenta que no tienes agua para asearte”, continúa el vocal de la asociación vecinal.

Sobre cómo soporta la pedanía, sin apenas infraestructuras, a todos los turistas que llegan en verano, responde que “con agua de pozo, que nos consta está contaminada. Y cuando se secan, cubas”.

El medio ambiente también sufre. “Lo hemos visto en la Dehesa. Ha sido una ocupación en toda regla. El espacio reservado para campo de fútbol estaba ocupado. Así toda la Dehesa. Con vertidos de restos de comidas, papeles, latas… Y nadie puso orden ahí”.

Respecto  a los planes especiales indica que “estamos a la espera de mayor información. Se encargó a un equipo la regularización del siete y el ocho, pero estos vienen regulados por el decreto de 2019 y estamos a la entrada de 2023 y aquí no ha habido ningún desarrollo. Estuvieron estimulando el tema de los AFO (Asimilado Fuera de Ordenación), pero esa figura puede servir en Chiclana porque los servicios llegan, los tienen a pie de parcela, pero aquí están a quinientos metros y nadie garantiza que te lleguen. Además, lo que más nos preocupa es que no hay una estrategia técnica para la zona diseñada a medio o largo plazo. Estamos huérfanos de cualquier tipo de planeamiento urbanístico”.

“Es imposible parar”

“Por muchas medidas disciplinarias que pongas en marcha, no nos engañemos, la gente sigue construyendo porque es imposible parar. Interesa no empadronar a nadie porque el voto debe estar controlado. A mí me costó cuatro años empadronarme. Hay quien ha denunciado su petición en el juzgado”, comenta para desmentir que se hayan acelerado dichos trámites. “Lo que ocurre aquí, no ocurre en ningún sitio. En Conil te empadronas en dos días. Pero es que no interesa que crezca con certificación administrativa, pero crecer sigue creciendo. El colegio cuenta con casi 25 alumnos nuevos. Es de los pocos que crecen porque hay muchas familias jóvenes que se establecen aquí”.

Tras la macro-operación contra el urbanismo ilegal que tuvo lugar este mismo año, se supone que se agilizarían los empadronamientos, tal y como indicaba el Ayuntamiento. Pero en su opinión, “se han utilizado criterios arbitrarios. De los 102 precintos que se pusieron, se les dijo que empadronándose se les levantaba, y eso ha ocurrido con menos de la mitad de los afectados”.

Sobre a qué se refiere cuando habla de política del miedo, “me refiero a que aquel que tiene su negocio una licencia provisional y en precario, que es lo que se le da, ese hombre no puede moverse. Cuando tienes un expediente disciplinario por una construcción ilegal que puede quedarse en el Ayuntamiento sin repercusión alguna, o que puede pasar a Fiscalía, pues ya me dirás. Tengo el conocimiento de situaciones particulares en el que ese miedo se ha usado”.

La lluvia y los carriles

Tras el verano, llega el otoño y el invierno, y las posibles precipitaciones, las cuales repercuten negativamente en muchos carriles de la zona. “Volveremos a la misma situación. En cuanto caen cuatro gotas, se embarran. Llevan doce años diciéndonos que como poco cada año se asfaltaría un carril. Solo se ha asfaltado el del camping y de aquella manera”.

“Sí te puedo decir que el propio alcalde, Manuel Flor, cuando vino a entregar las bandas en nuestra feria, me dijo que antes de que terminase el verano se iban a asfaltar cuatro carriles. Y nada de nada, más de lo mismo. Es vender humo”, insiste.

Respecto a si Vejer mira hacia El Palmar, Manuel Martín explica que “si te remontas a la historia, el palmareño era el pobretón que sobrevivía como podía. Pero todo cambia cuando se descubre la belleza del lugar. Se venden parcelas, se construyen casas para alquilar o vender, y la situación económica cambia. Eso parece que no gusta en Vejer, donde se nos tacha de ilegales, de irregulares. Pero debemos perder ese complejo porque aquí hemos creado mucha riqueza, en cuanto a creación de puestos de trabajo, ha traído que mucha gente viva con dignidad. Si eso lo hubiera hecho el Ayuntamiento, se hablaría de polo de desarrollo”.

El Palmar.

Una sensación de no pertenencia y de sentirse desplazados que ocurre en otras zonas como Zahora y Los Caños de Meca (respecto a Barbate). “Es que el 80 por ciento de los que lo habitamos somos de fuera. Hemos elegido este sitio para vivir. Hemos invertido aquí. El resto son los autóctonos, con los que convivimos perfectamente. Sin problemas. Pero sí sentimos esa animadversión desde el gobierno municipal. Aquí no se mira como Chiclana mira a La Barrosa. Aquí de hecho no se invierte nada”.

Seguridad y elecciones municipales

Sobre la seguridad, “la envergadura de El Palmar exige dos cosas fundamentales. Un puesto fijo de la Policía Local para que vele por los vecinos y que no lo hay. Y una oficina urbanística para solucionar los problemas de los vecinos. De eso no hay nada. Sería una primera medida que significaría que realmente el Ayuntamiento apuesta por El Palmar”.

De cara a las elecciones municipales, le preguntamos si van a participar como agrupación de electores, un rumor que se lleva escuchando desde hace algún tiempo. Aún así, esa idea está descartada porque “El Palmar no está maduro para eso. Hace tres años que Ortiz nos decía que somos un partido político. Nosotros somos una asociación de vecinos, si bien es verdad que contemplamos en su momento la idea de constituir una agrupación de electores. Una agrupación que no es un partido político y que nacería en el seno de nuestra asociación, tiene la servidumbre de 500 apoyos”.

Pero lo cierto es que “hoy El Palmar no está maduro para que la asociación logre esos quinientos avales. Nosotros ni somos, ni pensamos como un partido político, ni tenemos esa estructura. Somos una asociación de vecinos que además de reivindicar todo lo que sea  positivo para El Palmar, celebramos la Feria, la Cabalgata, la Romería de Mayo y hacemos todo lo que sea en beneficio de la pedanía. Pero no somos un partido político y algún día quizás estemos maduro para seguir el camino que inició Zahara de los Atunes”.

“Quién va a firmar un aval que va con fotocopia del DNI, con nombre y apellidos. Recuerda la política del miedo. Cada vez que hay elecciones ocurre lo mismo. A partir de las 14.00 se empieza a llamar por teléfono: recuerda la licencia, recuerda el expediente… Y a las 18.00 horas vienen todos, con el voto en el bolsillo. Esa es la situación”, explica Martín.

¿Interesa que exista división entre los vecinos?, le preguntamos. “Totalmente. Uno de los objetivos es enfrentar a los autóctonos con los de fuera. Lo primero que hacen desde el equipo de Gobierno cuando comenzamos a lanzar comunicados criticando la gestión, es crear una nueva asociación con los suyos enfrentando al vecindario”

Aún así, Santo Domingo de la Calzada sigue siendo la asociación vecinal mayoritaria con 400 socios, “con un local que construyeron los propios vecinos. Hay un acta notarial que ratifica mis palabras”.

 

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