Así lo ha advertido a Efe el director del Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos, Jesús Ibáñez, quien ha apostillado, no obstante, que la predicción temporal y espacial de un terremoto es “imposible” y que las estadísticas históricas sólo se usan para prever el sismo “más probable” en una determinada zona.
En este sentido, este experto ha precisado que el “terremoto tipo esperado” en el sudeste peninsular, fundamentalmente en las provincias de Alicante, Murcia, Almería, Granada, Jaén, Málaga y parte de Sevilla y Cádiz, sería de una magnitud cercana a los 6.5 grados, similar al que afectó hace dos años al centro de Italia.
Aunque la pretensión de Ibáñez no es ser “catastrofista”, ha asegurado que ese terremoto causaría previsiblemente víctimas y, sobre todo, muchos daños, de ahí que sea crucial fomentar “una cultura de la prevención” en estas zonas de España.
“Estos datos deben servirnos para prevenir; trabajar para que cuando ocurra los daños sean mínimos”, manifestó el director de este centro andaluz, dependiente de la Universidad de Granada.
“En caso de que se produjera un terremoto la población no sabría cómo actuar y reaccionaría directamente por el instinto”, dijo Ibáñez, quien ha incidido en que existen zonas que históricamente han sufrido temblores “destructores” y que por tanto son “susceptibles” de volver a padecerlos.
Pese a que existe legislación al respecto, a su juicio, la falta de conciencia por parte de la sociedad y de las administraciones sobre esta materia obedece a la ausencia de terremotos de importancia en la región desde hace bastantes años.
“Nadie toma conciencia de esta necesidad porque, a veces, las normas se hacen por impulsos ante una catástrofe; se piensa que puede ocurrir ahora o dentro de 50 años”, señaló el experto.