La noche de este domingo 2 de febrero será recordada, por desgracia, por el bochorno vivido durante la actución de la chirigota (por decir algo) Abre los ojos. Un grupo que quiso pervertir el espíritu libre de este Concurso y usarlo como altavoz para hacer llegar sus absurdas teorías al respetable. Pero fue precisamente el público presente en el Gran Teatro Falla el que ofreció la mejor de las respuestas, apostando por el cachondeo frente al disparate negacionista. Para estar orgullosos.
Dicho esto, conviene devolver el foco a lo verdaderamente importante, que no es otra cosa que las coplas. Y en cuanto al espectáculo, nadie brilló en la función como la comparsa de Jonathan Pérez Ginel. Con El cementerio, la nueva propuesta del autor, demostró que un año más viene a por todas al certamen. Tras lograr el tercer premio el pasado año con Los sacrificaos, en su puesta de largo el grupo ofreció un pase magnífico en forma y contenido, en el que brillaron tanto las partes fijas como las letras de pasodoble. Deslumbró especialmente el segundo, emotivo y con mensaje, para el fallecido Álex Cortés. El Jona fue el gran protagonista de una noche muy discreta, en la que al menos cumplió el coro de Paco Martínez Mora y Ramón Ruiz Los malhablao.
