En concreto, Moscú podría trasladar varios misiles Iskander en Bielorrusia y en la región rusa de Krasnodar. En otras ocasiones Rusia había especulado con instalar estos misiles en su enclave báltico de Kaliningrado.
"Esto nos permitiría contrarrestar la amenaza a las fuerzas estratégicas de Rusia en el caso de que los componentes de defensa de misiles de Estados Unidos sean desplegados cerca de nuestras fronteras", ha explicado la fuente.
Washington insiste en que el sistema antimisiles es necesario para proteger a Europa de amenazas procedentes de países como Irán, pero Moscú lo considera una violación de los tratados bilaterales sobre armamento nuclear procedentes de la Guerra Fría, que limitan a dos los sistemas de contramedidas nucleares.