El fin de semana dejó nuevas imágenes de religiosidad popular estampadas en las calles de la ciudad. Como primera cita en este sentido, la celebrada la noche del viernes con la sagrada imagen de San Antonio celebrando su onomástica con su tradicional procesión por la feligresía de San Francisco.
El santo franciscano no contó no el acompañamiento esperado, seguramente por el partido de fútbol entre España y Holanda que comenzó poco antes de que la imagen saliera del templo parroquial, ya que algunos decidieron abandonar el cortejo para presenciar el partido en algún establecimiento. Antes, a las ocho de la tarde comenzó la eucaristía con el matiz alegre que aporta la presencia en la iglesia de los niños de la hermandad y el coro de la misma, que interpretó la famosa canción de los pajaritos que viene a ser una exaltación a la primavera, a la naturaleza y al amor en Cristo.
Tras la finalización de la eucaristía dirigida por el sacerdote Don Manuel Rodríguez Salas y los largos preparativos, la procesión se compuso para recrearse en la calle, mostrando un paso exornado, curiosamente, con rosas de pitiminí traídas expresamente desde Holanda por una hermana carguera del paso, el cual fue dirigido una vez más por la capataz Paqui Roldán.
La talla de San Antonio, sobre su pequeño paso, hizo un recorrido discreto que acabaría con su retorno al templo de San Francisco cerca de las doce de la noche, con lo cual la procesión se desarrolló por poco más de dos horas, lo justo para recordarnos que la festividad de San Antonio tiene su origen y sustento en la Iglesia católica.
No fue el único desfile del fin de semana, pues también en la barriada rural de la Vega de los Molinos hacía acto de presencia en las calles la imagen de Nuestra Señora de la Virgen del Rocío.
La barriada vivía desde el jueves anterior su velada de primavera con un largo programa de actos y citas festivas.