La Asociación Buxus ha denunciado el "abandono" que sufre la zona afectada por el incendio que hace hoy un año calcinó unas 2.000 hectáreas de gran valor ambiental en la Sierra de Lújar (Granada), obligando al desalojo de más de 600 vecinos, y ha anunciado que iniciará en otoño una campaña de voluntariado para la reforestación del alcornocal en este entorno.
El colectivo ecologista afirma en un comunicado que la situación actual del alcornocal es "traumática", mientras que las escasas y torrenciales lluvias del otoño y la primavera han dificultado los rebrotes y erosionado el suelo, a lo que se suma la autorización para la saca de madera y la apertura de pistas.
Buxus censura que la Administración se haya "escudado" en el carácter privado del monte para "apenas realizar actuaciones que han consistido básicamente en obras de contención de arrastres en los cauces pero sin actuar sobre la masa forestal" y lamenta que se haya ignorado "la fuerte movilización social que surgió tras la catástrofe".
Recuerda que la declaración de Parque Natural, que hubiese permitido hacer llegar los recursos económicos que la recuperación del espacio destruido necesitaba, "ni se ha producido ni, al parecer, está en la agenda de los ayuntamientos ni de la Consejería de Medio Ambiente".
La Asociación Buxus reclama una intervención integral en la zona que a su juicio pasa por una actuación coordinada que obligatoriamente exige la consorciación del monte; la puesta en marcha de un plan de dinamización sostenible que fomente la economía local y la imprescindible protección del espacio a través de la figura de Parque Natural.
Hace unos días el alcalde de Lújar, Manuel Mariano González, señaló a Europa Press que la zona afectada por el incendio "no está en absoluto recuperada" y lamentó el caso omiso que las administraciones han hecho hasta ahora a sus requerimientos.
Mariano González informó de que las actuaciones previstas en la zona por el Gobierno central y la Junta de Andalucía finalizaron el pasado mayo, pero no suponen "ni el 5 por ciento" de lo que es necesario hacer respecto a la contención de las laderas, mientras que "de repoblación de vegetación no se ha hecho nada".
De las 2.147 hectáreas arrasadas, 1.580 eran de superficie forestal, con zonas de alcornocal, y pinar, que formaban una singularidad ecológica relevante sobre el entorno semiárido circundante, donde la vegetación juega un importante papel frente a la erosión, según los datos aportados en su momento por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.