“Aquí se está produciendo una injusticia, y no me pude quedar quieta, porque vi todo lo que pasó”.
Carmen Velasco, natural de Málaga y residente en Fuengirola, vino ayer hasta Ronda para mostrar su apoyo a la familia del joven Carlos Ruiz Moya, fallecido a finales de 2013 en accidente de tráfico. Asegura que, junto al conductor del otro vehículo implicado y a las hermanas del joven rondeño, ella es la único testigo de aquel accidente. Para la familia de Carlos Ruiz, se ha convertido en la principal esperanza contra el carpetazo que la justicia parece querer dar a una investigación “en la que vamos a llegar hasta el final”, dijo Carlos Ruiz, el padre de la víctima.
“Yo lo vi todo. Venía de Ronda para Málaga, y ese señor venía corriendo con una velocidad vertiginosa. Le solté hasta un taco por el modo en que nos adelantó. Y de pronto vi cómo impactó con algo que se levantó como si volara, y frené mi coche. El coche al que golpeó se quedó a dos metros del mío. No había invadido ningún carril. Quien lo invadía era quien iba adelantándome, tanto que se subió encima del otro coche y este muchacho tuvo la mala suerte de pasar por allí; le hubiera tocado, tal y como iba, a quien pasara en ese momento”.
La versión de la mujer parece definitiva, y fue la que pronunció ante la Guardia Civil aquella fatídica tarde del 28 de diciembre de 2013, cuando tuvo la mala fortuna de ser testigo del accidente que costó la vida en la carretera A-357, entre Campillos y Málaga, al conocido joven rondeño, que apenas tenía 24 años de edad, y venía de regreso a Ronda tras pasar el día en la capital con su abuela, con motivo de la Navidad.
Pese a esta versión, ni la propia testigo ni la familia logran entender cómo esta versión no sirvió para que el Juzgado número 2 de Málaga no acordara el sobreseimiento provisional de la causa reduciendo el asunto a una cuestión de faltas, e incluso la Fiscalía señalara que fue el joven quien presuntamente realizó un adelantamiento.
“Sólo queremos que se llegue al final. No entendemos lo que ocurre. Se sabe que el otro vehículo iba, al menos, a 179 kilómetros por hora, aunque el cuentakilómetros se detuvo en 217. Y este señor mantiene su carné y sus puntos, y no ocurre nada. Estamos indignados”, afirmó el padre del joven, y prosiguió: “Nadie nos va a devolver a nuestro hijo, pero si él iba a 83 kilómetros por hora en una carretera en la que se podía ir a 100, no iba haciendo nada malo. Mi hija, cuando acababa de ver morir a su hermano, porque iba con él en el coche, dijo que no había ningún otro coche. ¡Cómo iba a mentir en ese momento!”, se quejó Ruiz.
La familia no conocía a la testigo, que se puso en contacto esta semana con ellos tras ver a Carlos Ruiz reclamando por televisión justicia para su hijo: “Estoy indignada y sorprendida. Nunca entendí por qué no me volvieron a llamar, pero cuando he sabido cómo estaba este asunto, no he podido sino buscar a la familia, a la que he podido encontrar, para poder dormir tranquila. No podía callar lo que sé, y es que este señor que chocó contra el coche del joven iba echando leches. El joven no podía adelantar porque yo no vi ningún coche que me adelantara. Esto es bastante sospechoso, y además injusto”, concluyó la mujer.
La familia de Carlos Ruiz Moya agradeció el gesto, y afirmó que “llegaremos hasta el final, si no más lejos aún, porque queremos entender todo lo que está ocurriendo en este caso”, concluyó el padre, que preside en estos momentos además el colectivo STOP Accidentes en Málaga.